Se encuentran distribuidos en los distintos líquidos corporales.
Funciones. Regulan el contenido de agua dentro y fuera de las células, intervienen en la transmisión del impulso nervioso y la actividad muscular.
Fuentes dietéticas. La sal es el alimento por excelencia rico en sodio y cloro, por lo que abunda en derivados cárnicos y conservas, salazones, ahumados… Son buena fuente de potasio los vegetales: frutas y verduras, legumbres, frutos secos, frutas desecadas, cereales integrales y patatas.
Carencia. La carencia de sodio o de cloro se relaciona con calambres musculares, confusión mental y pérdida de apetito. El déficit de potasio se asocia a debilidad muscular y parálisis.
Toxicidad. El exceso de sodio se relaciona directamente con el aumento de la presión arterial (hipertensión), la retención de líquidos y la sobrecarga renal. El de cloro se asocia a vómitos y el de potasio a debilidad muscular con riesgo de alteraciones cardiacas.
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